Este trastorno del estado de ánimo afecta a cientos de millones de personas en el mundo; se caracteriza por la presencia de tristeza (provocando sufrimiento), pérdida del interés o del placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración, pérdida del rendimiento, etc.
Existen distintos tipos de depresión (en su mayoría, asociadas con la historia vincular y el entorno relacional de la persona), con distinto grado de afectación…
Algunas SEÑALES, son:
▪ Persistente estado de tristeza, sensación de ‘vacío’ y de ‘sin-sentido’…
▪ Insatisfacción y desinterés por actividades que se disfrutaban
▪ Cambios en el ritmo del sueño
▪Reducción del apetito y pérdida de peso (o en ciertos casos, aumento del apetito y de peso)
▪ Inquietud, irritabilidad
▪Síntomas físicos (persistentes, y no asociados a factores orgánicos: dolores, trastornos digestivos)
▪ Dificultad para concentrarse (en el estudio o trabajo), dificultad para recordar cosas o tomar decisiones
▪ Fatiga, cansancio extremo, falta de la energía… enlentecimiento, inmovilidad
▪ Sentimientos extremos de culpa, desesperanza, de inutilidad
▪ Pensamiento pesimista (si algo salió mal en el pasado, va a salir mal en el futuro)… hipersensibilidad al fracaso, foco en lo negativo (errores, debilidades, faltas, etc.), pensamiento polarizado (todo es blanco o negro)
▪ Pensamientos delirantes (de culpa, ruina, hipocondría); ideas de muerte o suicidio
▪ Desensibilización (sensación de pesadez, experiencia de ‘vacío’)
▪ Falta de lucidez, de responsabilidad, de motivación.
Quienes presenten 5 o más de estos síntomas durante 2 o más semanas, deberían consultar con un/a profesional de la Salud Mental… podrían tener Depresión Clínica.
Interactuar y convivir con una persona con depresión, no siempre es sencillo. Por ello, dejo algunos ‘tips’:
NO es recomendable:
▪ alentarle a que busque “el motivo” de la depresión
▪decirle que es una cuestión de ‘creencia’, que debe esforzarse y “pensar en positivo” (forzar el optimismo), o que debe confiar y acercarse más en dios (o rezar para que le ayude)…
▪ intentar alegrarle, buscar motivarle, decirle frases hechas del tipo: “No te preocupes, todo va a ir bien”… Eso tan inútil como pedirle a alguien con fiebre que ‘deje de tenerla’.
▪ reprocharle, o decirle que no pone suficiente de su parte (está haciendo lo que puede, y no puede más que eso)
▪ enojarse con la persona; eso dificulta las cosas y no le ayuda en lo más mínimo
▪ forzarle a hacer actividades que están por encima de sus posibilidades
▪ evitar comentarios del tipo “No sabés lo que es tener problemas de verdad”, “Te inventás los problemas porque no tenés nada en qué pensar”, “No es para tanto”, “No te sirve de nada deprimirte, tenés que enfrentar tus problemas”…
✅ Lo Recomendable es:
La comprensión, el entendimiento, la empatía, el apoyo, la confianza, la paciencia, el respeto, el no-forzar, el “estar ahí, cerca”, sin asfixiar y sin abandonar… sugerirle cosas que pueda hacer, pero sin agobiarle.
Y recordar que, el amor y la amistad son fundamentales, pero no sustituyen ni reemplazan la ayuda profesional.
No siempre se puede salir del pozo por cuenta propia. Cuanto más naturalizamos las cosas, más crónicas quedan. Lo recomendable es Buscar Ayuda.
“Antes de diagnosticarse con depresión o baja autoestima, asegúrese de no estar rodeado de idiotas”. Sigmund Freud.
VivirSanaMente
Atención Psicológica
‘On Line’ y Presencial
Lic./Prof. Diego S. Gómez : MN 59495 / MP 99047
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