Tras casi cuatro años de espera, se retomaron las obras en la Torre de Laboratorios e Investigación TDA en el Campus de la Universidad de San Martín. El edificio tendrá cinco pisos y albergará laboratorios, aulas y talleres con capacidad para mil estudiantes y 228 investigadores.
Se trata de un proyecto sustentable basado en la reducción del consumo de energías no renovables, la disminución de las emisiones de gases nocivos y el uso eficiente del agua, lo que recortará los gastos en un 30% y minimizará los efectos negativos sobre el entorno.
La etapa actual tiene como objetivo completar la estructura de hormigón y será financiada por el Programa Nacional de Infraestructura Universitaria. Resolverá la alta demanda de sectores de investigación, áreas de desarrollo, espacios de estudio y auditorios requeridos por alumnos, docentes y becarios de la UNSAM.
La demora en las obras se remonta a un conflicto originado en 2018 cuando la Ciudad Autónoma de Buenos Aires le pidió a Nación los terrenos ubicados a los costados de la estación de Colegiales del tren Mitrre para desarrollos inmobiliarios.
Ese lugar era destinado a las actividades de transporte de cargas de la empresa privada Nuevo Central Argentino S.A. pero el gobierno del ex presidente Mauricio Macri pretendía ceder el espacio a la Ciudad y mudar ese depósito ferroviario a una parte de la UNSAM.
El por entonces intendente de San Martin, Gabriel Katopodis, ratificó por decreto municipal el carácter educativo del predio de la UNSAM y rechazó la decisión del Gobierno Nacional de quitarle terrenos «a una institución prestigiosa dedicada al desarrollo académico y la formación, y que aporta al futuro de los argentinos».
«El proyecto tiene foco en la eficiencia energética y claramente el Campus Miguelete tiene una valoración ambiental y arquitectónica muy positiva. Los sistemas lumínicos propios de esta etapa, si bien la propuesta no contempla de momento la colocación de paneles solares, está pensada para que el edificio reciba la mayor cantidad de luz solar posible durante el día«, subrayó Nuri Gustavo Mossayebeh, Coordinador del Programa Nacional de Infraestructura Universitaria.
El edificio tiene 4.837 metros cuadrados divididas en cinco plantas, una azotea, una sala de estudio para 76 becarios e investigadores, una bedelía, una librería, y un sector de fotocopiado. Habrá 21 aulas, un auditorio para 100 personas, 6 sectores de desarrollo y 6 espacios de investigación.
«La finalización de la obra -estimada para dentro de un año- fortalecerá la infraestructura edilicia de la Universidad y reposicionará su lugar en la red nacional de generación y divulgación del conocimiento», subrayó Mossayebeh.