La campaña nacional “Más luces menos ruido” busca concientizar para que en los festejos predominen los fuegos artificiales en lugar de los dispositivos sonoros. Cómo lo que para algunos es una manera de celebrar potencia la sensibilidad a los sonidos de otros
“Una de las características de este trastorno son los déficit sensoriales. La sensibilidad auditiva es una de las que se ve más alteradas”, al contrario de lo que muchos suponen, las personas con autismo perciben todo lo que sucede en el entorno.
Evitar los fuegos artificiales hará que muchas personas con hipersensibilidad sensorial vivan estos días con menos nerviosismo y ansiedad, y puedan disfrutar realmente la época festiva.
Las personas con TDAH, síndrome de Down, trastorno de estrés postraumático, parálisis cerebral y varias otras afecciones frecuentemente también experimentan problemas de integración sensorial.
Por esa razón, el tema de los ruidos es sumamente importante. “Sus oídos son muy sensibles. Por eso, generalmente se tapan muy fuerte, tienen crisis de llanto, berrinches o hasta llegan a autolesionarse. Toman una posición agresiva para comunicar que los ruidos les molestan”,
“De la pirotecnia lumínica uno se puede proteger mucho mejor”, mientras que “para protegerse del efecto del sonido hay que aislarse”. Las luces “no generan desorganización de la misma manera porque el individuo puede mirar para otro lado. Además, la sensibilidad lumínica no es tanta. En general, las dificultades del espectro autista tienen más que ver con lo sensorial auditivo y lo sensorial táctil”.
La manipulación y uso de la pirotecnia tambien genera muchos casos de mutilaciones, fracturas y luxaciones, heridas, lesiones oculares con perforación y penetración de cuerpos extraños, hipoacusia por perforación del tímpano y quemaduras de diversa consideración.
Además, el uso inadecuado de pirotecnia es la causa de daños materiales a bienes privados y públicos: incendios, coches calcinados, toldos en llamas…Daña el medio ambiente y produce contaminación ambiental y acústica